Caza de brujas en Terrassa

Publicado el 5 de noviembre de 2022, 18:16

La Caza de brujas en Tarrasa (1615-1619) es el proceso durante el cual seis mujeres de la ciudad de Tarrasa, fueron acusadas de brujería y 5 de ellas sentenciadas a muerte el 27 de octubre de 1619

La historia de la caza de brujas en Terrassa

Cataluña sufre una situación social difícil, donde la gente se ve sometida a la pobreza y la injusticia del poder. En este momento político y con la Iglesia que atribuye los fenómenos sobrenaturales, a la acción de las brujas culpándolas de muertes de animales, de niños, de embrujar a personas, de los cambios climáticos y mucho más. Es donde se origina esta caza de brujas.

Durante estos años, y según cuentan las leyendas locales, grupos de mujeres egarenses se encuentran con el diablo en el bosque de Can Palet de la Cuadra. En estos encuentros las supuestas brujas se dejan llevar por bailes frenéticos y pierden el control de sí mismas, entregándose al diablo en una orgía repulsiva.

Las brujas de Terrassa eran mujeres expulsadas del sistema. A inicios 1600, Catalunya vivía una etapa de crecimiento demográfico y económico sin precedentes. En ese momento las únicas funciones de la mujer eran parir y trabajar. Una mujer sola (huérfana, soltera, viuda o pobre) lo tenía prácticamente imposible para prosperar. La presión social era dirigida por el rector parroquial quien las obligaba a casarse. Pero una minoría (por alguna discapacidad física o por la edad avanzada) quedaban excluidas y condenadas a sobrevivir en la miseria más absoluta, de ahí el mito, de que las brujas eran feas, sucias… Las brujas de Terrassa eran mujeres pobres, que tenían un mínimo conocimiento de las propiedades de ciertas plantas medicinales y de la aplicación de ciertos ungüentos curativos. A veces se auto atribuían ciertos conocimientos de magia por necesidad, en muchas ocasiones, cuando el hambre las apretaba de verdad, se veían obligadas a dedicarse a la prostitución y organizaban supuestas orgías en el bosque que alimentaban el mito de los aquelarres y un creciente sentimiento de odio entre sus vecinos y sobre todo, entre sus vecinas.

En realidad, las brujas de verdad, eran mujeres que poseían un extraordinario conocimiento relacionado tanto con las terapias curativas (plantas, aguas, minerales), como con lo denominado magia por aquellos tiempos. Odiadas, temidas y apreciadas a partes iguales tanto por su conocimiento como por su condición. Expertas en materias, que durante los últimos siglos, la ciencia médica ha desarrollado a través de ginecología, obstetricia, pediatría y la psicología.

 

Hace 403 años. El 27 de octubre de 1619. Un tribunal civil formado por el alcalde y los jurados de la villa ordenaron ejecutar a cinco mujeres, que el 23 de mayo anterior, habían sido condenadas por el delito de brujería. Margarida Montllor conocida como (Margarita Tafanera) fue la primera en ser acusada por su propio hermano, Joana Sabina, Micaela Casanovas, Eulàlia Totxa, y Guillermina Font, murieron ahorcadas en la madrugada de aquel día, en la Pedra Blanca, cerca del puente de Eimeringues, (actual barrio de Roc Blanc). También fue acusada y torturada Joana de Toy quien a dia de hoy se desconoce que ocurrió con ella. El señalamiento, persecución, detención, acusación, interrogatorio, tortura y ejecución pública de las cinco brujas de Terrassa no era un caso aislado. Desde que en 1421 (dos siglos antes) se había declarado la brujería como delito, en Catalunya serían públicamente ejecutadas un mínimo de mil mujeres, muchas de ellas curanderas o comadronas.

En Cataluña constan varios sitios donde se produjeron juicios y ejecuciones al igual que en Terrassa: En Calders (Moyanés), Caldes de Montbui (Vallés Oriental), Castellar del Vallés, Catelltersol (Moyanés), La Garriga (Vallés Oriental), Granera (Moyanés), Montseny (Vallés Occidental), Palau-Solità (Vallés Occidental), Senmanat (Vallès Occidental), Toralla (Pallars Jussà), Viladrau

Cuando empezó la caza de brujas y quienes la incitaron

Las grandes cazas de brujas se inician cuando la Edad Media ya llega a su fin. En 1421, La Vall d'Àneu decreta por primera vez en Europa, la brujería como un delito. Y en 1466, el rey Enrique IV de Castilla autoriza a los alcaldes de Guipúzcoa a perseguir, condenar y ejecutar a las brujas. La caza de brujas se inicia a las puertas de la Edad Moderna en la península Ibérica, comienzan décadas antes de la implantación de la Inquisición hispánica (1478). Sorprendentemente, el poder civil y no el eclesiástico es el iniciador de esta práctica macabra. Un repaso a la historia de los procesos revela que, en Catalunya el poder civil establece e incita la mayoría de las causas. También revela que las grandes cazas y ejecuciones de brujas no fueron consecutivas, sino que se concentraban en etapas que coincidían con crisis económicas o sanitarias. Las ejecuciones de Terrassa (1619) se producirían en el contexto de una crisis económica puntual y de fuertes protestas sociales locales. Las ejecuciones de Terrassa fueron una demostración de fuerza de las personas más influyentes de la ciudad.

Las brujas catalanas y como transmitían su cultura

Las brujas catalanas, como las del resto de Europa, eran mujeres poseedoras de una cultura ancestral, habrían quedado sumergidas en un submundo semiclandestino. En el caso concreto de las brujas catalanas, buena parte del origen de su cultura se concentraba en el mundo protovasco y norte-ibérico. Aquella cultura tenía una intensa relación con el universo, con la naturaleza y una misteriosa conexión con el mundo de los difuntos. Los conocimientos se transmitían de madres a hijas o de abuelas a nietas; eso explica qué los procesos contra la brujería mayoritariamente fueran contra mujeres. En estos procesos se conoció la existencia de unas jerarquías en el mundo de la brujería: brujas sabias, simples hechiceras y la de un pequeño grupo de brujas adineradas que estarían más relacionadas con la política, social y cultural que con la práctica de la magia. Fueron perseguidas en todos los casos, pero las ejecuciones afectaron, especialmente al colectivo más humilde de la brujería

Cazadores de brujas

Contratados siempre por el poder comarcal, eran estafadores sin escrúpulos, con carisma y gran poder de convencimiento. En el caso de Terrassa (1619) el poder, para evitar problemas con la Inquisición, contrató al cazador de brujas Joan Font, de Sallent. Font, aunque sabía a quién tenía que señalar, reunió y colocó de rodillas a todas las mujeres en la plaza del pueblo, haciendo una absurda ceremonia. Medio siglo antes (1548), Joan Malet, de Flix fue el primer cazador de brujas y el más avaricioso. Era un ebanista pobre, con discapacidad física, y de origen moruno; había hecho lo mismo en Reus, en Alcover y en Montblanc por encargo de las autoridades. Cobraba por cabeza y convirtió aquellas cazas en una tragedia. Muchas mujeres sin ninguna relación con la brujería fueron detenidas y torturadas en las mazmorras de la Inquisición, en Barcelona y liberadas por falta de pruebas. Era tan odiado que tuvo que huir, pero fue detenido en Valencia y deportado a Barcelona acusado, condenado y ejecutado por engaño a las autoridades comarcales.

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Comentarios

Manuel
hace un año

Está muy bien e interesante,desconocía de dicho relato. En la historia de Tarrasa a si como otros muchos más que seguro que debe haber, gracias por enseñar la historia de la ciudad.